Todo sobre el amor, de bell hooks

Luminoso ensayo que invita a reflexionar sobre aquello que dicen (y dicen bien) mueve el mundo.

Este libro llega a mí por prescripción médica. Me lo recomendó una amiga vitamina, en un momento de hastío amoroso y antesala de ruptura. Sí, el amor también es ruptura pero tras ella está el reencuentro: mirarse, escucharse, quererse y prepararse para florecer de nuevo. Porque hay amores que te van matando de a poco. No son amores, claro está. El germen seguramente estuvo, la ilusión, pero no cuajó en nada porque no hubo nada que lo regara suficientemente, lo que hubo fue miedo, impotencia (en todos los sentidos posibles), incapacidad. Pues bien, ese célebre «ha vuelto a pasar» inauguró la lectura de este libro que he saboreado lentamente y, como un faro, me ha guiado por conceptos que siempre necesitamos recordar porque, (no sé por qué), y como dice Silvio Rodríguez, lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida.

El amor es lo hermoso. Es lo que nos viene a decir esta mujer de manera tan clara y elocuente a lo largo de estas páginas. Pero para llegar a vivirlo, hay que construirse voluntariamente una ética del amor, que a menudo pasa por la deconstrucción de todo lo que parece estable (lo establecido) y en desmontar creencias y mitos y cuentos de hadas que nos han hecho actuar de manera esclava con apariencia de libertad. ¿Qué quiere decir con esto bell hooks? Partiendo de nuestras experiencias variadas y en todos los entornos posibles en que el amor participa (en todos: familia, amigos, trabajo, pareja, dios…) debemos construirnos una definición propia de amor, debemos hallar nuestras propias palabras, decirlas, decirnoslas y debatir en torno a ellas para construir el amor que queremos. Hablar con las personas que compartimos el vínculo, sin miedo.

Porque no se puede hacer realidad lo que no se ha imaginado. Una buena definición constituye un buen punto de partida y permite comprender adónde se quiere llegar. A medida que vamos avanzando, vamos trazando el mapa.

El amor no es algo que llega por arte de magia, como creen muchas personas, sobre todo hombres, y te salva, te guía y tú vas dando palos de ciego y zas, aparezco a tu lado. El amor es algo que se genera, que se construye, que se decide. Yo siento algo por mi hijo, pero decido quererlo y lo cuido, ídem con los amigos, los padres, la pareja. Cuando esto no sucede así, por diferentes y complejos motivos, estamos ante un vínculo disfuncional (no amor). Hay quienes creen que existe una chispa incipiente, el motor, pero en absoluto ese motor va a indicarnos el camino, somos nosotros quienes conducimos nuestro vehículo (la vida), con nuestra inteligencia y nuestra sabiduría (la gasolina y el agua).

Lo que desgraciadamente aprendemos enseguida, «lo terrible» en palabras de Sílvio Rodríguez, es lo que nos venden, lo que por una parte u otra, y cada vez más descaradamente, nos inoculan y aceptamos como buenos siervos de un capitalismo voraz que también (¡cómo no!) mueve los hilos y tergiversa el concepto del amor (en realidad la falta de amor), dándonos falsos estímulos, vitamina fácil, consumo, tecnología, ruido, el bullshit necesario para no pararse a pensar y a mirarse y mirarnos como nos merecemos.

Los griegos tal vez lo tengan más fácil ya que distinguen, y nombran, distintos tipos de amor y esto tal vez les ayude a no estallarse contra los muros de la incomprensión, la incomunicación, la frustración y, sobre todo, la falta de compromiso que impera en las relaciones humanas. Son palabras mayores. Me gustaría añadir, y de esto habla la implacable bell hooks, confianza, acompañamiento y admiración. Puede sonar a platónico y a «antiguo», pero este párrafo empieza con los griegos, el caso es que para amar bien hay que admirar, entendiéndolo como un deseo constante de mirar al otro y de querer seguir mirándolo, casi a modo de espía y aceptando lo que haya o lo que se pueda ver en el otro. A modo de desvelo. Ahí también juega un papel importante el efecto espejo que tal acción ocasiona en nosotros y cómo podemos ir sintiendo y construyendo el vínculo. Pero no todo el mundo está preparado para hacer esto, algunos lo consideran una pérdida de tiempo. Y tienen razón, probablemente. Pierden el tiempo si lo que desean es seguir participando del consumo, del cúmulo, del enganche a la droga, del yo más que tú, yo la tengo más grande, «sí pero no», esto último lo peor (la falta de compromiso), que le puede suceder a un humano adulto.

Pues bien, esta autora desmenuza de una manera muy lúcida todos los tipos de amor y nos da las claves para encauzarnos en un camino de luz y armonía.

Leer este libro es mirarse, preguntarse, quererse, silenciarse. Leer este libro es un auténtico acto de amor.

1 comentario en “Todo sobre el amor, de bell hooks”

  1. Pingback: El feminismo es para todo el mundo de bell hooks – Leer para compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *